domingo, 28 de agosto de 2011

Cuando crezcas lo vamos a hablar

         EXCELSUM SUPERBUM

Recién empezaban a rozarse, por encima, los ligustros disciplinados. Era una alameda joven. Cuando su hija nació, él había plantado los arbolitos con esmero, uno por uno, atando al primer ejemplar una placa de hojalata con la nomenclatura precisa y la fecha.
Aquella podría haber sido una media mañana cercana al otoño. Corrían los dos. Él de espaldas, para atrás. La pequeña se esforzaba en la carrera más para no verlo alejarse que por ganar. Al final, ella ganaba siempre y aupada por el padre, presunto perdedor, tomaba como trofeo la boina vasca y la lanzaba al aire. Los dos reían con una risa idéntica.
La mañana de la que hablo, esa del otoño que alborea, tal vez queriendo eternizar aquel minuto de triunfo y exclusividad, le preguntó:
-¿Podemos casarnos, papá?
El la abrazó fuertemente, como abraza un padre que ha plantado árboles. Después la bajó con extrema delicadeza y acuclillado a su altura intentó una respuesta:
-Ya me he casado con tu mamá.
Silencio.
Con levedad se movieron las hojas y las manchas del sol vacilaron sobre el suelo.
-Bien. Cuando crezcas lo vamos a hablar.
Aún cuelga de una rama baja, en el primer árbol, la placa de hojalata:
                 Ligustrum Excelsun Superbum
                              0-10-1947
Nunca me he casado.-

                                                        Ana Cerri

Ana Cerri: (Rosario, 1947) Escritora y traductora. Es Licenciada en Periodismo y Ciencias de la Comunicación por la Universidad Católica Argentina. Es traductora oficial de italiano. La mayoría de sus cuentos están ambientados en el pueblo de Soldini, cerca de Rosario, donde pasó su infancia y adolescencia. El presente cuento fue publicado por el suplemento cultura de Clarín, en octubre de 2009.

quiquedelucio@gmail.com
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