domingo, 28 de julio de 2013

    Poesía de Quique de Lucio                      





   HIBERNO

I

El proveedor de sol
inclina su cabeza en la penumbra,
la memoria es una grieta en Córdoba
en el enorme segundo del crepúsculo,
y  es todo tenso, es todo triste y  se  perpetúa.

En los brillos de la ciudad yo quemo las raíces
como si alguien hubiese muerto.
No me paro ahora sobre
el cielo azul, sino
sobre el deshabitado adorno de las sombras.

Así soy como la nube
en el reflejo del agua, dentro pero lejos;
siempre lejos, siempre dentro,
igual que la corriente murmurante
de los arroyos de las sierras.


El paisaje, de tan conocido,
es casi oscuro. El sueño es una roca derrumbada,
la soledad es compatible con la ausencia
de luz, de los volcanes amarillos,
con la ausencia de enero.

He sentido en horas invernales
errantes gorriones llamar a mis cristales, en busca
del amparo que nunca pude darles.
Ya han pasado cien julios y no termino,
el hielo no me deja ir, he visto a los gorriones.

Está pesando el tiempo,
está pesando este invierno.
Certidumbre convertida en escarcha,
la tarde es un ritual que reverbera un gris de humo.
Ya te fuiste, proveedor de sol.-


Quique de Lucio




quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio

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