Poesía de Quique de Lucio
HIBERNO
I
El proveedor
de sol
inclina su
cabeza en la penumbra,
la memoria
es una grieta en Córdoba
en el enorme
segundo del crepúsculo,
y es todo tenso, es todo triste y se
perpetúa.
En los
brillos de la ciudad yo quemo las raíces
como si
alguien hubiese muerto.
No me paro
ahora sobre
el cielo
azul, sino
sobre el
deshabitado adorno de las sombras.
Así soy como
la nube
en el
reflejo del agua, dentro pero lejos;
siempre
lejos, siempre dentro,
igual que la
corriente murmurante
de los
arroyos de las sierras.
El paisaje,
de tan conocido,
es casi
oscuro. El sueño es una roca derrumbada,
la soledad
es compatible con la ausencia
de luz, de
los volcanes amarillos,
con la
ausencia de enero.
He sentido
en horas invernales
errantes
gorriones llamar a mis cristales, en busca
del amparo
que nunca pude darles.
Ya han
pasado cien julios y no termino,
el hielo no
me deja ir, he visto a los gorriones.
Está pesando
el tiempo,
está pesando
este invierno.
Certidumbre
convertida en escarcha,
la tarde es
un ritual que reverbera un gris de humo.
Ya te fuiste,
proveedor de sol.-
Quique de Lucio
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio
No hay comentarios:
Publicar un comentario